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Piroblue es un grupo de investigación conformado por docentes, alumnos e investigadores de la Universidad Nacional del Sur junto con el CONICET que tiene como objetivo fundamental transformar los residuos plásticos agrícolas de la localidad de Coronel Dorrego, mediante un proceso de pirólisis, sustentable y sostenible, en productos de valor agregado.

8.22.2018

XXVI CONGRESO DE AAPRESID: Sustentología, el nuevo credo

Con una presencia masiva, cerró el evento anual que reúne al mundo del agro y la ciencia. Este año, la entidad apostó por la construcción del conocimiento sustentable como hecho colectivo.


Campolitoral/Aapresid
En la jornada de apertura, que contó con más de 3.500 inscriptos en su primera velada, y otra vez desde Córdoba, el presidente de Aapresid, Alejandro Petek, dejó inaugurado el evento anual que reúne al mundo del agro y la ciencia. Lo hizo junto al gobernador J. Schiaretti, el intendente Ramón Javier Mestre y el titular de la cartera de Agroindustria de Nación, Luis Miguel Etchevehere.

En su discurso de bienvenida, Petek agradeció la presencia de los miles de asistentes que congregó esta nueva edición del congreso y explicó que el lema “Sustentología” debe funcionar como un faro para poner todos los esfuerzos en comprender los sistemas para orientar la acción. “Conocer es indispensable, pero no es suficiente. El conocimiento es un llamado a la toma de conciencia, pero este congreso tiene la fuerza de llevarnos a la acción. Esa es la gesta que se profundiza en el camino que transitamos: la de mejorar cada uno de nosotros y el medioambiente en el que vayamos a trabajar”, sostuvo. Tras destacar el trascendental premio “Guardianes del Suelo” que Aapresid recibió por parte de la FAO, enfatizó el compromiso de las actividades que promueve esta entidad con prácticas tendientes a la adaptación al cambio climático y que permitan mitigarlo, como así también al control de la erosión de los suelos, entre otras.



Trabajo en el territorio
A su turno, el intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre, celebró el hecho de que Aapresid elija volver a esta ciudad para realizar su congreso: “Para nosotros es un orgullo que vuelvan al pago porque es necesario reunirnos para ligar el conocimiento con el trabajo, con el territorio”, dijo. Mestre expresó su convicción de que “la matriz productiva que tiene Argentina es el campo por lo que representa en materia de puestos de trabajo, acompañamiento del Estado, innovación y tecnología. “Siempre ayudaré a evitar que el campo sea nuevamente presa de algunos que intentan escamotearla”, aseveró, y concluyó con una defensa de las políticas del presidente Mauricio Macri para el sector agropecuario.

El ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, trajo el saludo del máximo mandatario y se mostró sorprendido por el entusiasmo y el interés que observó en los presentes a esta edición del congreso. Cuando hablamos de innovación y conocimiento, ahí está Aapresid”, sostuvo, y valoró el reconocimiento internacional que la entidad posee en materia de transmitir prácticas amigables con el medioambiente, mejoras en el agua y el suelo, y distintos modelos sustentables. “Son un ejemplo a seguir a nivel mundial”, resumió. Etchevehere pasó luego a resaltar el cambio de gestión estatal que se inició en 2015. “Hoy estamos en una etapa distinta respecto a la de años atrás: trabajando juntos para poder ayudar a desarrollar más esta forma de producir. Nosotros lo tomamos como ejemplo de pasión, ejemplo y humildad y no queremos ser un obstáculo”, aseguró.

El funcionario ex titular de la Sociedad Rural Argentina se comprometió a seguir trabajando desde su cartera recogiendo las necesidades de todos los eslabones de la cadena para buscar soluciones. “Los funcionarios que tenemos la birome para solucionar los problemas vamos barriendo la cancha, destrabando obstáculos para que los productores sigan manifestando su potencial. El Estado solo no puede y los privados solos tampoco. El trabajo en conjunto encuentra el mejor camino”, subrayó.

Legalidad
Etchevehere destacó que después de muchos años hay un proyecto de Ley de semillas en el Congreso y apuntó que se está trabajando en la búsqueda de consenso para que ésta avance en la Cámara de Diputados. “Es momento de que tengamos ya una ley de semilla. Es la ley INTA; se da la paradoja de que cobran regalías en otros países y aquí no, siendo que es algo que es fruto del trabajo de nuestros científicos”, manifestó.

Al referirse al impulso que esta ley permitirá en los distintos sectores productivos del país, mencionó el potencial que tiene el maní en la provincia de Córdoba. Según apuntó, el año pasado las exportaciones de este cultivo reportaron 1.000 millones de pesos, muy cerca de los 1.240 millones de la carne. Otro cultivo que ubicó con gran perspectiva es el de las legumbres, con un potencial de 2 millones de hectáreas. “Si todos en el Congreso entienden la revolución que puede haber con este instrumento tantos años esperado y tan necesario podemos dar un salto importante”, sentenció. Asimismo, puso de relieve la desburocratización para el sector agropecuario que facilitó el Gobierno, con el anuncio en el verano pasado de la eliminación de 614 regulaciones que “complicaban la vida”. “Queremos que tengan el mayor tiempo para hacer lo que mejor saben: producir”, agregó. Por último, se refirió a la regulación para el uso de fitosanitarios. Tras reconocer que la jurisdicción para legislar al respecto es provincial, Etchevehere destacó el trabajo conjunto de distintos ministerios nacionales y organismos como el INTA o el Senasa para lograr un consenso de base. “Hoy en Argentina tenemos el camino seguro y basado en argumentos científicos para la aplicación de fitosanitarios. En salud no se debe sanatear ni jugar con el miedo de las comunidades hablando irresponsablemente. Hay que ir a lo científico”, dijo, y cerró con el pedido de que las provincias legislen con criterio científico y a partir de consensos.

Integrar ciencia y sustentabilidad
Por su parte, el ministro de Agricultura y Ganadería de la provincia de Córdoba, Dr. Sergio Busso, destacó el orgullo que significa para su región ser anfitrión del congreso. El funcionario anticipó que “los productores que sean aprobados por las buenas prácticas agrícolas que impulsa Aapresid, pasarán a ser incluidos por los beneficios que otorga la provincia de Córdoba”. Es decir, consideró el protocolo de Agricultura Sustentable Certificada que impulsa Aapresid desde sus programas.

Durante la segunda jornada, el INTA Manfredi mostró un trabajo que ratifica la optimización del gasto en insumos por el orden de un 60 % cuando se utilizan cultivos de cobertura y agricultura de precisión. Se trata de un ensayo sobre control de malezas donde los técnicos demostraron que combinando el uso de aplicación selectiva y cultivos de cobertura, se baja en un 40 % la dosis de herbicidas; así como también sobre otras malezas como el yuyo colorado el porcentual de reducción podría alcanzar hasta un 80 por ciento.

El Inta, considera que frente al controvertido futuro de la producción en el sector agropecuario, las nuevas tecnologías en conjunto con las Buenas Prácticas Agrícolas permiten vislumbrar alternativas de manejo eficaces con el foco puesto en la sustentabilidad ambiental. En este marco, el mundo ya evalúa estrategias que permitan producir usando cada vez menos herbicidas y con la posibilidad de llegar en un futuro a prescindir totalmente de ellos. “La robotización y la inteligencia artificial aplicados al agro son resultados de esa tendencia mundial”, consideró el Ing. Mario Bragachini anticipando su panel de maquinaria agrícola e inteligencia artificial.

Actualmente, las tecnologías de aplicación selectiva ya son innovaciones adoptadas en el campo argentino con buenos resultados en su desempeño; aunque necesitadas de un desarrollo estratégico que facilite su adopción en todas las regiones para el aprovechamiento de su máximo potencial.

Ponerse las pilas
A su turno, Jorge Adámoli, ingeniero agrónomo e investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, planteó un tema polémico: el rechazo que manifiesta el sector agropecuario para acatar ciertas normas restrictivas en pos de la convivencia. Para graficar esta afirmación, mencionó que en el ámbito urbano las restricciones en el tránsito o en la construcción para determinadas alturas en edificaciones son acatadas y permiten un equilibrio, y que las limitaciones que el Estado busca implementar en el ámbito rural encuentran resistencia. “Cuando se detectan transgresiones a las normativas vigentes (como el trabajo infantil, la evasión de tributarios, desmontes, o pulverizaciones) en general no suele haber un rechazo explícito del sector a estas transgresiones sino un pedido a que el Estado no ponga obstáculos”, sentenció.

Luego se refirió al ordenamiento territorial, al que definió como la herramienta básica de la sustentabilidad y que requiere apoyarse en las patas económica, ambiental y social. “Esto debe ser equivalente, pero no lo es, porque la pata económica (la productiva) llevan ventaja. Hay que ir al equilibrio”, dijo. A modo de ejemplo planteó las distintas perspectivas que aparecen ante un mismo panorama: al ver una zona boscosa, un agricultor dirá que quiere desmontar para sembrar; un ganadero dirá que lo hará para que pasten sus vacas, y los conservacionistas se opondrán a que se destruya ese ámbito, y los aborígenes plantearán que ese lugar es para vivir. “Todos tienen sus razones. Por lo tanto, una herramienta de ordenamiento territorial es buscar consensos en esta especie de manta corta con la que todos tienen que quedar medianamente cubiertos. Y el ordenamiento es una herramienta del Estado”, afirmó.

La conversión de los residuos plásticos
“Conversión de plásticos originados por la actividad agrícola” fue el título de la interesante ponencia que tuvo lugar en el XXVI Congreso de Aapresid en base a la novedosa experiencia del municipio de Coronel Dorrego (Buenos Aires). El potencial de la reutilización de los deshechos plásticos que genera el agro fue el tema central.

No es ninguna novedad que la acumulación de residuos plásticos originados por la actividad agrícola en Argentina representa un problema ambiental de gran importancia para el conjunto de la población. Dentro de la tonelada de basura que se genera cada dos segundos en nuestro país, un alto porcentaje corresponde a residuos plásticos. Y es conocido que en Argentina la práctica del reciclaje o la de valorización de residuos es muy baja, hecho que se atribuye a la falta de reglas claras por parte del Estado, a la discontinuidad de las medidas y la escasa educación ambiental y falta de controles. Con esta premisa, la doctora en Química María Volpe disertó en la primera jornada del XXVI Congreso de Aapresid “Sustentología”, acercando su experiencia de análisis de reconversión de residuos rurales en el Municipio de Coronel Dorrego, provincia de Buenos Aires.

En base a un relevamiento previo llevado a cabo en la zona rural de esa localidad, se detectó que sólo en el año 2016 allí se acumularon 24.300 unidades (unas 300 toneladas) de residuos tales como envases de 1, 5, 10 y 20 litros, cajas con bolsas plásticas y silos bolsas.

Legislar para reciclar
La actual legislación nacional indica que el reciclado de los envases plásticos es responsabilidad de las empresas que los producen, y no está claramente indicado cómo se implementará ese reciclado al tiempo que no existe una política clara en cuanto a la logística de recolección de estos residuos y a los centros de acopio. Ante esto, comentó en qué consistió la innovadora propuesta que encararon desde la Dirección de Producción del Municipio de Coronel Dorrego y la Planta Piloto de Ingeniería Química destinada a la conversión de residuos plásticos agrícolas a partir de un proceso térmico basado en la pirólisis.

Fuente: www.ellitoral.com 

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